Una de las cosas que mas me gusta del verano son sus noches... el olor del jazmín, las estrellas, sentir la vida...el verano para mi siempre ha ido unido a cambios, algunos felices y otros no tanto..pero cambios...esa ventana de la que hablaba unas entradas atrás...ese aire fresco que entra en tu vida y renueva cada célula...cada pensamiento y cada sentimiento.

El verano cuando era pequeña era mi época del año favorita...mi cumpleaños...reunirme con las amigas y disfrutar de las vacaciones y la playa. Subirme con mi padres a las fiestas de moros y cristianos de Cocentaina...y estar con mi abuela, mi "iaia querida", como le llamaba...ese era mi verano.

En la adolescencia seguía siendo época de vacaciones y de playa y de amigas...pero empiezas a salir hasta tarde, empiezan esos romances de verano, aunque yo en algún punto los veranos fueron la continuación de mi invernal historia de amor...mis cumpleaños con el eran increíbles...descubrir la pasión y llegaron los veranos sin el...y las horas nocturnas que pasaban lentas y tediosas...sentada en mi terraza mirando esas estrellas de verano... echándole de menos escuchando la música más triste posible, no había tiempo ni hueco para la felicidad. Pero es el verano el que entra en tu vida refrescando tu alma...y empiezas a sentir y reír.

Ahora en la "no madurez", le llamo así porque eso de alcanzar la madurez...en mi caso no se si llegará en algún momento...adoro los veranos, siguen siendo mi refresco, mi renovación. Disfruto de mi hija, jugamos, reímos y como madre e hija nos peleamos de vez en cuando...creo que ha sacado mi carácter...cabezota como ella sola. A estas alturas de la historia aún me gusta cumplir años... Pero echo de menos el olor de la casa de mi abuela en verano, el olor del jazmín y el galán de noche, ese aroma de ella que solo recuerdo cuando cierro los ojos...siempre está en mi y en mi familia...si es cierto que hay un cielo y seguro que estas allí, ya sabes lo mucho que te echo de menos...

Sigo sintiendo el verano como mi renovación...sentirme libre de los horarios y disfrutar de la vida...ésta que se nos escapa rápidamente. Disfrutar de aquellas fiestas a las que iba con mi padres y que ahora disfruto desde dentro, de los amigos que de ellas salieron, ya hace años.

Un verano me enteré que el que compartió risas, besos, caricias y pasión en otros veranos había muerto...el verano seguía siendo mi época de cambios... esa ventana en ocasiones deja pasar no solo la brisa, sino los huracanes que arrasan con todo. Y como siempre los cambios en verano...una noche de verano como otra cualquiera, como la de hace unos días, conocí a alguien realmente increíble no solo por la cantidad de cosas en las que coincidimos, incluida casi casi nuestra fecha de nacimiento, sino por su visión de determinadas situaciones...por su forma de hablar...por su actitud ante ciertos temas...por su madurez. Mi veraniego compañero es solo eso un compañero con quien compartir experiencias, pensamientos, sentimientos pero nada mas...no pensar lo que no es...pero es cierto que ha revolucionado mi interior de alguna manera. El verano sigue siendo mi época de cambios...mi época de renovación...mi aire fresco...


La canción que he puesto me acompaña en esas tristes noches de verano en las que el recuerdo por los que no están me inunda... en esas noches en las que me gusta tumbarme mirar el cielo y dejar mi mente en blanco...esas noches de verano donde tantas cosas me hacen sonreír y otras morirme de la risa...esos veranos de fiestas, cumpleaños y veranos con mi hija, mi particular verano de todo el año... veranos de amigos... el veraniego y mi amigo siempre fiel y sincero en la lejanía...también a aquel que no para entre trabajo y conciertos, un beso.